En la penumbra de una habitación elegantemente decorada, un hombre sumiso aguardaba con el corazón acelerado la llegada de su Dominatrix. Su mente estaba llena de anticipación y anhelo por lo que estaba por venir. Cuando ella finalmente entró, su presencia era imponente, irradiando autoridad y sensualidad.
Con voz firme, la Dominatrix le ordenó que se arrodillara frente a ella, y él obedeció de inmediato, sintiendo una mezcla de temor y excitación recorrer su cuerpo. Ella caminó alrededor de él, inspeccionándolo con ojos críticos, mientras él permanecía sumiso, esperando sus órdenes.
Sin decir una palabra, ella le indicó que se quitara la ropa lentamente, y él obedeció, sintiendo la mirada intensa de su Dominatrix sobre su piel desnuda. Cada prenda que caía al suelo era como un acto de entrega, un símbolo de su sumisión total hacia ella.
Una vez desnudo, ella le ordenó que se inclinara sobre una mesa, exponiendo su trasero hacia ella. Con manos expertas, comenzó a acariciar su piel con un látigo, alternando entre caricias suaves y golpes firmes que enviaban oleadas de placer a través de su cuerpo. Cada azote era una prueba de su devoción hacia ella, un tributo a su poder y dominio.
A medida que la sesión continuaba, él se sumergía más profundamente en un estado de éxtasis y sumisión. Cada orden que ella le daba, cada caricia o golpe que recibía, lo llevaba más cerca del borde del placer. Y cuando finalmente alcanzó el clímax, lo hizo no solo en cuerpo, sino también en espíritu, entregándose por completo a su Dominatrix y encontrando un éxtasis como nunca antes había experimentado.
Después del encuentro, yacían juntos en un abrazo íntimo, su conexión fortalecida por la experiencia compartida de entrega y dominio. Para él, no había nada más gratificante que ser completamente poseído por su Dominatrix, entregándose al ella en cuerpo y alma una y otra vez.
Conejito de Alina March 10, 2024
Es lo que siento cuando estoy en Su presencia. Todo lo que tengo, todo lo que soy, le pertenecen, Mistress Alina.